viernes, 19 de diciembre de 2014

SOBRE LA MARCHA DE LAS PUTAS

Hace algunos años se realiza, en Capital Federal, en Buenos Aires y en otros puntos del país, La Marcha de las Putas, que tuvo su primera edición en Canadá en abril del 2011 y que llegó a la Argentina en agosto de ese mismo año. Se trata de una marcha que busca visibilizar el abuso y acabar con la costumbre social de culpar a la víctima de su propia violación por la ropa que usa o por su historial sexual. La Marcha también cuestiona ideas que cuentan con validez social y que considera falsas y dañinas, como la de la irrefrenable sexualidad masculina, supuesto agente causal de violaciones. El mensaje de equidad y respeto que presenta La Marcha atrae a muchas personas.

La Marcha, en su edición Capital Federal, se declara neutral en cuanto a la prostitución.

Sin embargo, no son pocas las personas que, habiendo compartido espacios en los grupos de discusión en Facebook de La Marcha CABA, llegaron a la conclusión de que los organizadores están a favor de la regularización de la prostitución y que su impronta define la postura que tiene La Marcha ante ciertas cuestiones. También, notaron que los organizadores hacen una presentación selectiva de la información y que se silencian posturas abolicionistas a base del "des-gaste" de las personas que cuestionen la industria de la prostitución. Todo en un marco de "pluralidad" en el que las posturas individuales de los organizadores en cuanto al tema prostitutución, ellos insisten, no tiene nada que ver con los objetivos de la Marcha.

No es una postura inocente el insistir, como lo viene haciendo La Marcha, en presentar a las víctimas de abuso como el foco central a la hora de hablar del abuso. Al hacer esto, irremediablemente se logra una cosa: borrar al victimario, en la mayoría de los casos, varón. Al no denunciar este importante aspecto de los abusos, el perpetrador queda borrado y se dificulta cuestionar los pilares de la socialización sexual masculina, entre ellos, la institución de la prostitución y cómo forma a los hombres. No es casual que La Marcha borre al prostituyente y al abusador al mismo tiempo, y que se dedique a resaltar la existencia de hombres prostituidos, lo que empaña la realidad numérica que pone a la prostitución como un asunto principalmente de mujeres.

También se llegó a la conclusión de que no es casual que La Marcha no tenga una postura tomada con respecto a las mujeres y los hombres en situación de prostitución, que se promueva la pornografía en sus páginas, pero sin comentario en cuanto al efecto que tendrá sobre las prostitutas, que se permita que personas importantes dentro de La Marcha revuelvan viejas ideas que responden a la cultura de la violación y van en contra del mensaje original de La Marcha, como la de culpar los abusos sexuales a la falta de sexo o a la "represión sexual" y, por ende, que se reflote la idea de la prostitución como "cloaca social".

Como agregado, uno de los organizadores de La Marcha de las Putas CABA llamó a Ammar a sumarse a la Marcha. Es buena publicidad para Ammar poder marchar en un gentío mezclado que no necesariamente tiene que estar acuerdo con ellas, desplegar una bandera para la foto y declarar que ha conseguido un "gran apoyo" para la regularización de la prostitución. Y, seguramente, es lo que se ha de esperar en las nuevas ediciones de la Marcha. Hasta ahora, sólo han participado activistas solitarios para "la causa" de la regularización, entre ellos, una que profesa disgusto con la trata de personas por tratarse de "competencia desleal". No es casual que todo esto suceda cuando hay proyectos de ley en danza para la regularización de la prostitución.