Aqui las voces de las viajeras....
“Soy M. fue mi primer Encuentro. Estuve en el taller de violencia el sábado, pero no me gustó tanto, porque yo pensé que iba a ser de otra manera. Yo me animé y conté lo que pasé en carne propia, me escucharon pero no sé si tuvo tanta importancia. Estaban 4 chicas y a ellas les importaba el tema de Terrabusi, yo lo apoyo a Terrabusi, pero no sé si ese tema debía tratarse tanto. Pero pedí la palabra y conté mi caso, que mi compañero me dió una paliza, y maltrato verbal. Me escucharon un ratito nomás, y hablaron casi todo el tiempo de Terrabusi, a mi me parece que un rato estaba bien hablar de Terrabusi un poco pero no fue así. Me gustó el lunes cuando tocaron el tema de violencia y leyeron los derechos que tenemos las mujeres, yo me decía “la puta madre, lo que nunca valoré fueron los derechos que yo tenía, pero a partir de este momento voy a hacer valer mis derechos. En el próximo encuentro me gustaría que se tocar más el tema de violencia y que se logre el Aborto” (M)
“Participé del Taller Mujeres y Sexualidad. El grupo era bastante disperso, en cuanto a formas de concebir y vivir la sexualidad. Muchas definían la sexualidad desde la genitalidad, otras fueron al taller a intercambiar historias y anécdotas sexuales y algunas otras significamos la sexualidad como un discurso socio-cultural más, es decir la información biológica intervenida por la cultura, que nos dice como debemos tener sexo, con quién, cuando, donde y para qué. Una cultura machista que por tener pito o vagina nos asigna roles y los naturaliza. Entre estos tres posicionamientos pendulaba la discusión del taller. El encuentro me parece un espacio alucinante para discutir nuestras realidades cotidianas y trazar juntas estrategias para transformarme y trasformarnos. Fue mi primer encuentro y vuelvo con las energías renovadas para seguir la lucha de todos los días que bastante desgastante ya es. Encontrarnos entre nosotras, hacer confluir nuestras ideas y nuestras ganas de subvertir me fue muy emotivo, y me generó nuevas preguntas.¡Nosotras podemos! ¡ Arriba las que luchan!” (flor)
“Fui al taller de Mujeres y Educación. En verdad esperaba un debate más de raíz, o más como cuestionar ¿Qué es la educación? ¿Qué educación nos dan o queremos? ¿Quién la maneja y por qué?, diferentes formas de educar, pero lo que pasó es que nos centramos en mucho más en la educación formal, sus problemáticas (me parece genial que se hable de esto, pero lo que no me gustó es que faltó mucho por hablar). Me gustó que había personas de los diferentes ámbitos, (estudiantes, docentes, madres), cuestionando, analizando el sistema educativo (por ej.:la relación docente-estudiante). Me gustó el hecho de que casi todas coincidimos que es necesaria una unión, organización entre todxs lxs trabajadorxs de la educación, incluso también estudiantes y trabajadorxs de otros ámbitos. Sentí que muchas mujeres repetían discursos con las mismas palabras, eso no me gustó. Sentí que no había mucha actitud de escuchar a la otra, entender sino de hablar y decir cada una lo que pensaba. No me sentí cómoda por algunos momentos con el sistema de lista de oradoras, había casos en los que era rico que una responda a alguna pregunta y no funcionaba así, se perdía el diálogo a veces. Hubo momentos de intercambio de opiniones que fueron constructivos. Me quedaron cosas para pensar, reflexionar, ocurrencias, pero también la sensación de ¿Qué pasa hasta el año que viene? Como si faltara un “plan de lucha” construido entre toda, para llevar a lo concreto todas las reivindicaciones de las que hablamos.” (caro)
“ Bueno, estoy emocionada de estar por primera vez en el encuentro de mujeres, yo participe en el taller Si la prostitución es un trabajo, todas estuvimos de acuerdo que no es un trabajo. Me gustó la solidaridad de mis compañeras, la experiencia fue muy linda y positiva. Viajar en tren con mis compañeras Claudia, Rosa, Gladis, Betty, Yizo, Noemí, son muy buenas compañeras. Y estamos preparando el bolso para el próximo”. (alguna) “Algo cambia en cada mujer que va al encuentro, y este cambio se afianza a su vez cada año en el espíritu de miles de mujeres. En la unión de las voces largamos el cáncer opresivo de las imposiciones. Tucumán fue el escenario del más organizado ejército de católicas, de las huestes de la “casa de de dios”, con sus mandamientos y la protección y complicidad de la policía de Tucumán que otra vez emplearon sus métodos, lesionando a algunas compañeras. Pero a pesar de esto lo que vale es la lucha de todas.” (otra) “Encontrarme, encontrarse, verme en otras. Participar en los encuentros me ha cambiado, desde aquel primero de Mendoza en1989. Recupero mi voz y mi cuerpo, lucho en plenitud, me siento vibrar junto a otras en las marchas gritando nuestras rebeldías. Encuentros que hacen historia y sanan mis dolores más íntimos. El compromiso ayer y hoy es seguir multiplicándonos en activas y colectivas organizaciones que cuestionen y nos cuestionen las prácticas. Tucumán otra vez la Iglesia reaccionaria. Con su contramarcha y sus machos orantes defensores de viejos privilegios patriarcales, parados en sus catedrales. Nosotras diversas, masivas, ruidosas, llenando el aire y las calles. Tucumán: emoción, grito y lucha.” (anónima).
“Cuando una amiga mía me comentó sobre el encuentro de mujeres en Tucumán, dudé un instante y le dije que me sumaba a ella y a un grupo de ocho chicas más, que a pesar de conocerse del todo, llevamos adelante la idea de viajar cientos de km. para debatir sobre algo que todas sí tenemos en común: el hecho de ser mujeres, y lo que esto implica para nosotras. Personalmente, yo no fui a Tucumán a buscar respuestas, sino a encontrar preguntas. Me inscribí en el Taller de Identidad, porque siento que en esta sociedad en que vivimos, donde todo tiene que ser instantáneo, una se pregunta si esta bien el modo de vida que elige, si realmente es feliz, si se podría estar mejor ejerciendo un cambio, perdiendo el ejercicio de la duda, tan común en la juventud, ansias de curiosidad, volviéndose al fin en una más dejando atrás parte de la identidad que una vez fue llevada con orgullo. Cuando llegué al aula de mi taller, me encontré condujeres de distintas partes del pais. Fue sorprendente como nuestras opiniones, luego de dos días de debate y pequeñas discusiones fueron cambiando a medida que nos escuchábamos una a la otra dándonos otra perspectiva más abarcativa y objetiva, sobre el concepto de “identidad femenina”, tomando conciencia de lo diferentes que podemos llegar a pensar y sentir cada una, concluyendo en que identidad no se gana ni se pierde, o mejor dicho se gana y se pierde. Se trata de un concepto ambigüo que se construye con rasgos individuales y colectivos, que alimentándose recíprocamente conforman una unida única pero a la vez general. Hallé en este encuentro lo que buscaba, miles de mujeres provenientes de distintos puntos del país llenas de interrogantes e incertidumbres, pero a la vez motivadas por satisfacer sus intrigas, desligándose de tabúes y miedos, dejando de lado la opresión a ser calladas, llenas de un impulso orgánico que nos une y representa a cada una de nosotras. Debe ser una obligación hacer que este impulso crezca que se manifieste en cada mujer. Espero que el próximo encuentro se convierta en un paso más hacia la verdadera libertad de la mujer.” (belén, 19 años)
“Este encuentro me pareció muy bueno, pedimos que las católicas no concurran a los encuentros “NUNCA MAS”, el tema del aborto gracias al movimiento de mujeres ya está instalado en la sociedad. Vuelvo con ganas de seguir buscando estrategias para el aborto libre y gratuito y para luchar contra ese flagelo de al trata. En el taller que concurrí se propuso que todos los 28 se haga un abrazo al congreso para que traten el tema en el recinto. También creo que es necesario que se realicen talleres participativos sobre aborto, que pese a la muerte de muchas mujeres, la culpa instalada por la iglesia ha calado hondo” (anonima)
“Participé del Taller Mujeres y Sexualidad. El grupo era bastante disperso, en cuanto a formas de concebir y vivir la sexualidad. Muchas definían la sexualidad desde la genitalidad, otras fueron al taller a intercambiar historias y anécdotas sexuales y algunas otras significamos la sexualidad como un discurso socio-cultural más, es decir la información biológica intervenida por la cultura, que nos dice como debemos tener sexo, con quién, cuando, donde y para qué. Una cultura machista que por tener pito o vagina nos asigna roles y los naturaliza. Entre estos tres posicionamientos pendulaba la discusión del taller. El encuentro me parece un espacio alucinante para discutir nuestras realidades cotidianas y trazar juntas estrategias para transformarme y trasformarnos. Fue mi primer encuentro y vuelvo con las energías renovadas para seguir la lucha de todos los días que bastante desgastante ya es. Encontrarnos entre nosotras, hacer confluir nuestras ideas y nuestras ganas de subvertir me fue muy emotivo, y me generó nuevas preguntas.¡Nosotras podemos! ¡ Arriba las que luchan!” (flor)
“Fui al taller de Mujeres y Educación. En verdad esperaba un debate más de raíz, o más como cuestionar ¿Qué es la educación? ¿Qué educación nos dan o queremos? ¿Quién la maneja y por qué?, diferentes formas de educar, pero lo que pasó es que nos centramos en mucho más en la educación formal, sus problemáticas (me parece genial que se hable de esto, pero lo que no me gustó es que faltó mucho por hablar). Me gustó que había personas de los diferentes ámbitos, (estudiantes, docentes, madres), cuestionando, analizando el sistema educativo (por ej.:la relación docente-estudiante). Me gustó el hecho de que casi todas coincidimos que es necesaria una unión, organización entre todxs lxs trabajadorxs de la educación, incluso también estudiantes y trabajadorxs de otros ámbitos. Sentí que muchas mujeres repetían discursos con las mismas palabras, eso no me gustó. Sentí que no había mucha actitud de escuchar a la otra, entender sino de hablar y decir cada una lo que pensaba. No me sentí cómoda por algunos momentos con el sistema de lista de oradoras, había casos en los que era rico que una responda a alguna pregunta y no funcionaba así, se perdía el diálogo a veces. Hubo momentos de intercambio de opiniones que fueron constructivos. Me quedaron cosas para pensar, reflexionar, ocurrencias, pero también la sensación de ¿Qué pasa hasta el año que viene? Como si faltara un “plan de lucha” construido entre toda, para llevar a lo concreto todas las reivindicaciones de las que hablamos.” (caro)
“ Bueno, estoy emocionada de estar por primera vez en el encuentro de mujeres, yo participe en el taller Si la prostitución es un trabajo, todas estuvimos de acuerdo que no es un trabajo. Me gustó la solidaridad de mis compañeras, la experiencia fue muy linda y positiva. Viajar en tren con mis compañeras Claudia, Rosa, Gladis, Betty, Yizo, Noemí, son muy buenas compañeras. Y estamos preparando el bolso para el próximo”. (alguna) “Algo cambia en cada mujer que va al encuentro, y este cambio se afianza a su vez cada año en el espíritu de miles de mujeres. En la unión de las voces largamos el cáncer opresivo de las imposiciones. Tucumán fue el escenario del más organizado ejército de católicas, de las huestes de la “casa de de dios”, con sus mandamientos y la protección y complicidad de la policía de Tucumán que otra vez emplearon sus métodos, lesionando a algunas compañeras. Pero a pesar de esto lo que vale es la lucha de todas.” (otra) “Encontrarme, encontrarse, verme en otras. Participar en los encuentros me ha cambiado, desde aquel primero de Mendoza en1989. Recupero mi voz y mi cuerpo, lucho en plenitud, me siento vibrar junto a otras en las marchas gritando nuestras rebeldías. Encuentros que hacen historia y sanan mis dolores más íntimos. El compromiso ayer y hoy es seguir multiplicándonos en activas y colectivas organizaciones que cuestionen y nos cuestionen las prácticas. Tucumán otra vez la Iglesia reaccionaria. Con su contramarcha y sus machos orantes defensores de viejos privilegios patriarcales, parados en sus catedrales. Nosotras diversas, masivas, ruidosas, llenando el aire y las calles. Tucumán: emoción, grito y lucha.” (anónima).
“Cuando una amiga mía me comentó sobre el encuentro de mujeres en Tucumán, dudé un instante y le dije que me sumaba a ella y a un grupo de ocho chicas más, que a pesar de conocerse del todo, llevamos adelante la idea de viajar cientos de km. para debatir sobre algo que todas sí tenemos en común: el hecho de ser mujeres, y lo que esto implica para nosotras. Personalmente, yo no fui a Tucumán a buscar respuestas, sino a encontrar preguntas. Me inscribí en el Taller de Identidad, porque siento que en esta sociedad en que vivimos, donde todo tiene que ser instantáneo, una se pregunta si esta bien el modo de vida que elige, si realmente es feliz, si se podría estar mejor ejerciendo un cambio, perdiendo el ejercicio de la duda, tan común en la juventud, ansias de curiosidad, volviéndose al fin en una más dejando atrás parte de la identidad que una vez fue llevada con orgullo. Cuando llegué al aula de mi taller, me encontré condujeres de distintas partes del pais. Fue sorprendente como nuestras opiniones, luego de dos días de debate y pequeñas discusiones fueron cambiando a medida que nos escuchábamos una a la otra dándonos otra perspectiva más abarcativa y objetiva, sobre el concepto de “identidad femenina”, tomando conciencia de lo diferentes que podemos llegar a pensar y sentir cada una, concluyendo en que identidad no se gana ni se pierde, o mejor dicho se gana y se pierde. Se trata de un concepto ambigüo que se construye con rasgos individuales y colectivos, que alimentándose recíprocamente conforman una unida única pero a la vez general. Hallé en este encuentro lo que buscaba, miles de mujeres provenientes de distintos puntos del país llenas de interrogantes e incertidumbres, pero a la vez motivadas por satisfacer sus intrigas, desligándose de tabúes y miedos, dejando de lado la opresión a ser calladas, llenas de un impulso orgánico que nos une y representa a cada una de nosotras. Debe ser una obligación hacer que este impulso crezca que se manifieste en cada mujer. Espero que el próximo encuentro se convierta en un paso más hacia la verdadera libertad de la mujer.” (belén, 19 años)
“Este encuentro me pareció muy bueno, pedimos que las católicas no concurran a los encuentros “NUNCA MAS”, el tema del aborto gracias al movimiento de mujeres ya está instalado en la sociedad. Vuelvo con ganas de seguir buscando estrategias para el aborto libre y gratuito y para luchar contra ese flagelo de al trata. En el taller que concurrí se propuso que todos los 28 se haga un abrazo al congreso para que traten el tema en el recinto. También creo que es necesario que se realicen talleres participativos sobre aborto, que pese a la muerte de muchas mujeres, la culpa instalada por la iglesia ha calado hondo” (anonima)
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