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miércoles, 4 de julio de 2012
La Familia autoritaria como aparato de domesticación
LA FAMILIA AUTORITARIA COMO APARATO DE DOMESTICACIÓN
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Pieter Brueghel -1560- |
No es un azar que la juventud conservadora y reaccionaria (carne del fascismo), que estudia en escuelas particulares de lujo, como el Tecnológico de Monterrey, la Iberoamericana, la Universidad de las Américas, etc., por regla general sea muy adicta a la familia, mientras que la juventud revolucionaria es hostil por principio, a esa Institución.
El padre es el portavoz y representante de la autoridad estatal en la familia, es decir, es el defensor de los intereses de la clase dominante en el seno familiar.
El padre es una especie de sargento: subordinado en el proceso de producción (en su centro de trabajo), y jefe en su función familiar; mira desde abajo a sus superiores, se impregna de la ideología dominante (de aquí su tendencia a la imitación), y es todopoderoso con sus inferiores: su esposa e hijos; no se limita a transmitir las ideas de la jerarquía y de la sociedad, las impone.
El fin primordial de la educación, desde sus pasos iniciales, es preparar a los niños para el matrimonio y para la familia autoritaria.
El niño dirige sus primeros impulsos afectivos y sexuales hacia sus padres. El niño ama a su madre y odia a su padre y la niña hace lo contrario. Estos sentimientos de odio y de celos se impregnan rápidamente de temor y de culpabilidad. Estos sentimientos de odio y de celos se impregnan rápidamente de temor y de culpabilidad. El temor en su origen, está relacionado con los sentimientos sexuales hacia el sexo opuesto. Este temor, junto con la imposibilidad de satisfacer el deseo incestuoso, obliga a la represión del deseo. De esta represión nacen casi todos los trastornos de la vida sexual ulterior.
No habrá represión si el muchacho aunque forzado a la renuncia del incesto, pudiera practicar el organismo (sin culpa), y eljuego sexual con muchachas de su edad. De hecho los niños juegan sexualmente a escondidas de sus padres, con sentimientos de culpabilidad que les perjudicará en su sexualidad futura. El niño que no participa en esos juegos es un candidato seguro al trastorno grave de su vida sexual futura y también como el que lo hace con culpa, un neurótico adaptado y sumiso a la autoridad capitalista.
La represión de los impulsos sexuales está condicionada por la manera de pensar y de sentir de los padres, quienes a su vez están influenciados por la moral sexual antivida, propia del sistema capitalista autoritario.
En realidad la ideología burguesa, cargada de moralina tiene más influencia sobre la educación preescolar que sobre la educación familiar.
El niño no elude la fijación a los padres, fijación de tipo sexual y autoritaria. La autoridad paterna, severa o no, le oprime, aunque sólo sea por la desproporción evidente que hay entre su talla y la de los padres. Muy pronto la fijación autoritaria se desembaraza de la fijación sexual y la reduce a la existencia inconsciente; más tarde, cuando los intereses sexuales se dirijan hacia el mundo extrafamiliar, esta fijación autoritaria se alzará entre los intereses sexuales y la realidad como una muralla gigantesca de INHIBICION.
Esta fijación autoritaria es, en gran proporción, INCONSCIENTE, a la autoridad de los padres tome, a menudo, la apariencia de su contrario, la rebelión de tipo neurótico. Esta no puede suprimir los intereses sexuales si no es, quizás, bajo la forma deacciones sexuales impulsivas, compromiso patológico entre la sexualidad y el sentimiento de culpabilidad. El desarraigo de esta fijación es el REQUISITO BASICO PARA UNA VIDA SEXUAL SANA. Tal como están las cosas hoy, muy pocas personas lo consiguen.
La fijación a los padres es un doble aspecto de fijación sexual, y la sumisión a la autoridad paterna hace muy difícil, si no imposible, el acceso a la realidad sexual y social de la pubertad. El ideal conservador del muchacho pacato y la muchacha irreprensible, momificados en el infantilismo hasta bien entrada su vida de adultos, es diametralmente opuesto a la idea de una juventud libre e independiente.
Otro signo típico de la educación familiar es que los padres, y en particular la madre, si no están obligados a trabajar fuera de la casa, buscan en los hijos, para desgracia de éstos, la GRAN satisfacción de su vida. Los hijos son entonces como pequeñosanimales domésticos: se les puede amar, pero también maltratar a voluntad. Que la actitud emocional de los padres hace a los hijos ineptos para la tarea educativa es una verdad muy conocida.
La miseria conyugal en la medida en que no se agota en las divergencias de la pareja, se derrama sobre los hijos. Esto ya es, en sí, un nuevo perjuicio para su independencia y para su estructura sexual; pero además crea otros conflictos: su refractariedad al matrimonio por lo que han visto en la miseria conyugal de sus padres, y la urgencia financiera posterior al casamiento. En la pubertad, se producen frecuentes tragedias cuando los muchachos, a salvo felizmente de los peligros de la educación infantil, intentan sacudirse también las amarras de la familia.
Así pues, la restricción sexual que los adultos deben imponerse para poder tolerar la existencia conyugal y familiar, recae sobre los hijos. Y como éstos, a su vez, por razones económicas tendrán que zambullirse de nuevo en la vida familiar, la restricción sexual se perpetúa de generación en generación.
Puesto que la familia coercitiva, desde el punto de visa económico e ideológico es parte constitutiva de la sociedad burguesa autoritaria, sería de ingenuos esperar la desaparición de sus estragos en el marco del actual sistema capitalista. Además éstos estragos son inherentes a la constitución misma de la familia y están fuertemente anclados en cada individuo, pero gracias a mecanismos INCONSCIENTES.
A la inhibición sexual que proviene directamente de la fijación a los padres, se añaden los sentimientos de culpabilidad, derivados del enorme odio acumulado en el transcurso de los muchos años de vida familiar. Si este odio permanece CONSCIENTE puede desencadenar una poderosa fuerza revolucionaria; hace que el individuo rompa sus ataduras familiares y pueda convertirse en energía motriz para intervenciones racionales contra las causas reales de ese odio.
Si por el contrario, el odio es REPRIMIDO, conduce a exteriorizaciones inversas: la fidelidad ciega y la obediencia infantil patológica. Estas actitudes constituyen más tarde un inconveniente grave para aquellas personas que quieran alistarse en un movimiento liberal.
Tal tipo de individuos podrá muy bien abogar por la libertad total y, al mismo tiempo, enviar a sus hijos a la catequesis dominical o formar parte ellos mismos de una asociación parroquial para "no hacer sufrir a sus ancianos padres", aunque todo eso vaya en contra de sus convicciones. Presentará todos los síntomas de indecisión y dependencia, consecuencia de su fijación a la familia: no es un buen militante de la libertad.
Fuente: Wilhelm Reich-Monografías
Capitalismo-Autoritarismo familiar y locura
Capitalismo-Autoritarismo Familiar y Locura
Al principio de este siglo se publicó un libro que con el tiempo sería el caso clínico más estudiado por psicólogos y psiquiatras, me refiero a las memorias del Dr. Schreber, quien enloqueció a los 42 años de edad, recuperándose luego y volviendo a enloquecer ocho años y medio después. Los especialistas en enfermedades mentales consideran este caso clínico enmarcado, en lo general, dentro de la psicosis.
Al principio de este siglo se publicó un libro que con el tiempo sería el caso clínico más estudiado por psicólogos y psiquiatras, me refiero a las memorias del Dr. Schreber, quien enloqueció a los 42 años de edad, recuperándose luego y volviendo a enloquecer ocho años y medio después. Los especialistas en enfermedades mentales consideran este caso clínico enmarcado, en lo general, dentro de la psicosis.
El padre de Schreber, que supervisó su educación, fue un destacado médico y pedagogo alemán, su influencia sobre la vida del hijo fue muy grande. Ante la época "blanda y decadente", debido a la laxitud de la educación y la disciplina de los niños en el hogar y en la escuela se propuso combatir la flojera de su época mediante un complejo sistema de educación infantil, cuyo fin era hacer a los niños obedientes y sumisos a los adultos.
Las ideas del padre de Schreber acerca de la vida familiar reflejan, como una caricatura en miniatura, las ideas ampliamente difundidas en el sistema capitalista, en su actual etapa de decadencia y también en las autonombradas "socialistas": Los varones adultos tienen que ser dominantes, la sexualidad de los niños y adolescentes tiene que se dominada; los padres, por ignorantes, fanáticos e intolerantes que sean, tienen que supervisar la moral de sus vástagos hasta, por lo menos, el final de la adolescencia, y los niños tienen que aprender pronto a someterse, a menudo, sin críticas a la voluntad de sus padres, con el fin de adaptarse a la sociedad actual, sea capitalista o socialista autoritaria, donde también deberán someterse sumisamente a las injusticias del autoritarismo.
El pedagogo alemán Schreber, afirmó que los padres de familia deben inculcar el amor hacia Dios, padre de la humanidad y el amor al padre, Dios de los hijos.
El Dr. Schreber pensaba que los padres debían restringir la libertad de sus hijos mediante severas disciplinas en aras de la salud; moral, mental y física. Creía que los niños son criminales o enfermos desde su nacimiento, o que con seguridad llegarían a serlo si no se les rescataba a tiempo. Proponía, entre otras medidas, que los padres se reuniesen, constantemente, con el fin de controlar mejor la conciencia de los niños.
Este pedagogo alemán, pretendía saber, como los conductistas, lo que es bueno, elevado, correcto y fino y lo que no es. En otras palabras se tomaba atribuciones de un Dios que guía a su pueblo elegido.
Schreber, como todos los maestros y padres autoritarios, luchaba contra la "mala" conducta infantil, que consiste en las manifestaciones naturales del niño. Luchaba contra la sensualidad y la sexualidad, la adolescencia, la blandura y la cobardía, pues según él, llevaba a los individuos a las depresiones, enfermedades mentales y suicidios.
Aplicando sus métodos inquisitorios-pedagógicos, (parecidos a los métodos fascistas), a sus hijos, logró lo que quería erradicar: la locura hizo presa de sus dos hijos y el suicidio fue la salida de uno de ellos.
Pensaba que el padre debe enseñar a sus hijos lo que es bueno y justo desde edad temprana. Los buenos hábitos según él, deben ser producidos y controlados por el padre. Acostumbrar a un niño significa programarlo para que obedezca, sumisamente, las órdenes de los padres, maestros, patrones y la clase dominante capitalista.
Educar un niño, según Schreber, significa imponer una regla sobre cada detalle de su vida, sobre cada pensamiento y actividad cotidiana del individuo, preparándolo así para que la ideología dominante y las figuras autoritarias, como los maestros, patrones, líderes sindicales y gobernantes, determinen su existencia alienada y neurótica.
La finalidad de este tipo de pedagogía autoritaria, propia del sistema capitalista, es la de lograr que el niño, y luego el adulto, sea un sumiso y obediente incondicional. Si llegara a surgir la desobediencia, deberá ser aplacada, mejor dicho aplastada, hasta convertirla en una toral sumisión, empleando, si fueran necesarios, los castigos corporales.
El psicoanálisis ha demostrado que los modelos de relaciones personales grabados en los niños, desde su tierna infancia, suelen permanecer para toda la vida. Los individuos repiten inconscientemente formas de relaciones sociales de sumisión a la autoridad, que le fueron programados desde pequeños.
Existe la paradójica situación que este tipo de pedagogía divide, aliena, enloquece al ser humano, al lograr que éste considere que su programación para la sumisión no le fue impuesta por unos padres y la clase dominante capitalista, sino que él, conscientemente, en "libertad", se programó a sí mismo.
Creacionismo y Dominación-vigencia de Kropotkin
El creacionismo y la dominación -vigencia de Kropotkin
Caminante, no hay camino
se hace camino al andar...
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.
(Machado)
RESUMEN:
Cuando las teorías sobre la evolución de
las especies irrumpieron en el mundo científico en el siglo XIX, enseguida
estuvieron mediatizadas por su aplicación al orden social, para tratar de
justificar la dominación y la jerarquía social. Dos escuelas de pensamiento
sobre la evolución se enfrentaron entonces, la que representaba Darwin y la que
representaba Kropotkin. En el capítulo 1 de El Asalto al Hades traté de
explicar la vigencia de la teoría de Kropotkin en línea con la teoría actual de
la simbiogénesis (Lynn Margulis), la autopoyésis y la autorregulación (Maturana
y Varela). Parecía imposible una regresión del pensamiento
científico al creacionismo, pero es lo que está sucediendo, y hoy ni siquiera
existe el rescoldo del enfrentamiento entre Darwin y Kropotkin, una vez
invisibilizado, arrinconado y desprestigiado el funcionamiento propio de la
vida (el apoyo mutuo, la simbiogénesis).
Los darwinistas argumentan su
teoría con la evidencia visible de la depredación entre
especies y postulan contra las supersticiones y creencias en entes
sobrenaturales todopoderosos, y los creacionistas se apoyan también en esa
aparente violencia de la naturaleza, pero para proclamar la necesidad de
un diseño artificial que ponga un orden entre los seres vivos, y por
tanto, la necesidad de un Diseñador (dios, ser supremo, universo consciente,
gobierno mundial totalitario, etc.); y por eso los creacionistas son los
más que nos bombardean con documentales sobre la depredación entre
especies y la hostilidad de la naturaleza...
Sin embargo, la depredación entre
especies es una fenomenología secundaria, con respecto a la fenomenología
básica de la vida. Como explicaron Maturana y Varela, los seres vivos somos
sistemas 'cerrados' y al mismo tiempo 'abiertos'. Por 'sistema cerrado'
entienden la capacidad de autorregulación de cada ser vivo, de cada órgano,
célula, orgánulo, etc. Pero ese 'sistema cerrado' al mismo tiempo es
un sistema in-formacionalmente 'abierto', es decir, que se formó y se
fijó en la cadena evolutiva interactuando e intercambiando materia y energía
con los sistemas de su entorno inmediato, incluyéndose así en la cadena de los
seres vivos. Sin esta dinámica in-formacional
de interacción solidaria, ningún ser vivo hubiera podido fijarse
en el ecosistema, ni podría mantenerse vivo. La interacción
solidaria entre los seres vivos es pues una cualidad in-formacional,
un fenómeno masivo, básico, general, inherente a cualquier forma de
vida, con respecto al cual, la depredación resulta secundaria. Lo
grandioso de la vida y de su dinámica evolutiva, es precisamente la
armonía entre el 'cierre' de un ser vivo y el tipo de 'apertura' que
no solo no impide sino que favorece su 'cierre', su
autorregulación. La evolución es la historia de ese encaje
armonioso entre la autorregulación de cada ser vivo y su
relación con los demás, una evolución que necesariamente tuvo
que ir de lo simple a lo complejo sin diseño previo, sin caminos
predeterminados, de los encadenamientos más simples a los más complejos,
lo que de paso nos sirve para entender la organizáción sinérgica y no
jerárquica de los seres vivos, por grande que sea su complejidad. Lo
que Kropotkin observó en las estepas rusas en el siglo XIX a nivel
macroscópico, fue lo mismo que observó Margulis en la vida microscópica de las
bacterias. Es preciso entender esto para centrar el debate y situar la
depredación como una fenomenología secundaria con respecto a la fenomenología
básica de la vida.
Por lo dicho, desde mi punto de
vista y de mis escasos conocimientos, creo que ni el darwinismo ni el
creacionismo explican la vida y la evolución; y precisamente por eso sirven
para justificar la dominación y la jerarquía social. Y con esto no quiero decir
que todos los darwinistas o todos los creyentes en un creador del universo
estén a favor de la esclavitud. Pero sí que dichas teorías sirven para
justificarla o encubrirla.
Las creacionistas actuales intentan
justificar un diseño social de dominación absoluta, en el que cada
cual tendría su misión definida por el supuesto diseñador o creador, pues en un
orden cósmico establecido y predeterminado, también estaría predeterminada la
función y la misión que cada cual debe cumplir y que se transmite por la línea
de mandos, en cuya cúspide estaría el creador y en el grado inmediato inferior
sus mensajeros y sus intérpretes, y luego toda una variedad de funcionarios
encargados de vigilar que cada cual cumpla su misión, por las buenas o por las
malas.
Como decía Machado los caminos de
la vida se hicieron al andar; y no hay más que echar un vistazo a la
naturaleza para ver en la diversidad y en el parentesco de sus formas, las
vueltas y revueltas que hizo en su andadura; una andadura que por si misma
prueba la ausencia de diseño previo.
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